La Justicia con mayúsculas es en sí misma un valor humano sin el cual la vida en sociedad no se entendería, al menos en teoría; sin embargo, en nuestra sociedad ese valor no pesa igual para todos: los poderosos pueden comprarla, mientras que los demás, la gente de a pie sólo puede aspirar a obtenerla cuando quien la imparte lo decide si lo decide. Llegar hasta la barandilla en una Agencia Investigadora del Ministerio Público en busca de justicia así, con minúsculas es una experiencia que han enfrentado miles, cientos de miles de personas, y ninguna de ellas querría volver a vivirla. ¿Qué ha cambiado desde la década de los 70 en esas agencias? Compárelo usted mismo: Al mejor postor es el retrato vívido de una de ellas. Juzgue usted mismo.
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