La presente obra explica tres variantes para activar la puesta en práctica de la investigación y, a la vez, adoptarla como un recurso de autoformación profesional. De esta manera se evita exigir su ejercicio, exclusivamente, como una obligación para acreditar una materia, un seminario o cubrir un requisito y obtener a cambio un título o grado.
Problematizar, acceder o diagnosticar conforman etapas propicias para, de manera natural, incentivar la investigación llevada por la curiosidad, un deseo solidario de comprender, develar un significado o la ambición de transformar una realidad o generar un bien o servicio.
Cada uno de los procesos corresponde a una perspectiva particular de investigación. Así la problematización activa la modalidad cuantitativa; el acceder, a la información, grupo, espacio o situación que conforma el preámbulo impredecible a la cualitativa, y el diagnóstico posibilita lecturas de la realidad que enfocan un provechoso ejercicio tecnológico.
Las explicaciones del presente texto abonan significativamente con descripciones claras y operativas para que estudiantes, tesistas y profesionales ingresen de manera óptima a un investigar que se creía exclusivo de lo científico.