Este libro rompedor revisa, a contracorriente de la opinión establecida, lo que se creía saber de las primeras civilizaciones en la llanura aluvial mesopotámica y en otros lugares. Se creía que la domesticación de plantas y animales condujo al sedentarismo y a la agricultura en campos fijos. Sin embargo, el sedentarismo es muy anterior a cualquier evidencia de domesticación de plantas o animales, y tanto el sedentarismo como la domesticación existieron casi cuatro milenios antes de que surgiera una aldea agrícola. Se creía que el sedentarismo y el surgimiento de ciudades eran el efecto típico de la irrigación y de los estados. Pero resulta que ambos son, por el contrario, resultado de la abundancia de los humedales. Se pensaba que el sedentarismo y la agricultura condujeron a la formación de estados, pero sucede que estos solo aparecen mucho después de la agricultura en campos fijos. Se daba por hecho que la agricultura fue un gran paso adelante para la nutrición, el bienestar y el ocio de las personas; lo contrario parece haber sucedido en las primeras fases.
Las civilizaciones tempranas eran vistas como imanes que atraían a las personas con el lujo, la cultura y las oportunidades que ofrecían. En realidad, los primeros estados se vieron obligados a capturar y retener a gran parte de su población con diferentes formas de servidumbre y estaban transidos por las epidemias del hacinamiento; eran frágiles y propensos al colapso. En cambio, las «edades oscuras» que los sucedieron podrían haber supuesto, con frecuencia, una mejora real en el bienestar humano. Parece razonable sostener que, al menos fuera de las elites, la vida en el exterior de los estados la vida del «bárbaro» pudo haber sido más sencilla en términos materiales, y más libre y saludable, que la vida dentro de las civilizaciones.
ÍNDICE
Prefacio
Introducción. Una narración hecha jirones: lo que no sabía
Paradojas de las narrativas del estado y de la civilización
Poner al estado en su lugar
Itinerario en miniatura
1. La domesticación del fuego, las plantas, los animales y nosotros
Fuego
Concentración y sedentarismo: la tesis de los humedales
Humedales y sedentarismo
¿Por qué ignorados?
Cuidado con la brecha
Entonces, ¿por qué plantar?
2. La transformación del paisaje mundial: el complejo domus
De la plantación neolítica al zoológico floral: las consecuencias del cultivo
La domus como módulo evolutivo
De presa del cazador a animal de corral del granjero
Especulación sobre paralelismos humanos
Nuestra domesticación
3. Las zoonosis: una tormenta epidemiológica perfecta
El trabajo pesado y su historia
El campamento de reasentamiento multiespecífico tardoneolítico:
una tormenta epidemiológica perfecta
Una nota sobre fertilidad y población
4. La agroecología de los primeros estados
La geografía rural de la construcción del estado
Los cereales crean estados
Las murallas crean estados: protección y confinamiento
La escritura crea estados: contabilidad y legibilidad
5. Control de población: esclavitud y guerra
El estado y la esclavitud
Esclavitud y servidumbre en Mesopotamia
Egipto y China
La esclavitud como estrategia de «recursos humanos»
Capitalismo de saqueo y construcción del estado
La particularidad de la servidumbre y de la esclavitud en Mesopotamia
Una especulación sobre la domesticación, el trabajo pesado y la es clavitud
6. La fragilidad del estado temprano: la descomposición como colapso
La morbilidad en el estado temprano: aguda y crónica
La enfermedad: hipersedentarismo, desplazamiento y estado
Ecocidio: deforestación y salinización
Víctimas de la política: guerras y explotación del núcleo
Elogio del colapso
7. La edad dorada de los bárbaros
Las civilizaciones y su penumbra bárbara
Geografía bárbara, ecología bárbara
Incursiones
Rutas comerciales y núcleos cerealistas susceptibles de tributación
Gemelos malvados
¿Una edad dorada?
Bibliografía