La argumentación jurídica es una disciplina que se ha consolidado en los últimos veinte años gracias a trabajos de autores muy importantes, como Jürgen Habermas, Manuel Atienza y Ronald Dworkin, y a que se ha dado un viraje en el estudio del derecho moderno hacia ciertas técnicas del derecho anglosajón, en especial a los juicios orales, que han incrementado su análisis. Aun en sistemas escritos, como los latinoamericanos, es un método que ayuda a desarrollar ideas en los escritos y memoriales que se presentan ante tribunales internos. La influencia del arbitraje comercial internacional también ha contribuido, por su oralidad, a que más jóvenes abogados se preparen en dicha especialidad. De lo anterior proviene la relevancia de esta obra que aporta ideas a la discusión del tema de manera sencilla, inteligente y fácil de entender, sin perder profundidad. En primer término, se explica ampliamente el concepto de argumentación jurídica, su evolución desde la Antigüedad y cómo llega a nuestros días, lo que contribuye definitivamente a un mejor entendimiento, el cual no puede estar completo si se desvincula de la ética, pues para cualquier argumentación el jurista debe partir siempre de los principios éticos fundamentales, por ese motivo también se hace referencia a la deontología jurídica. Después del recorrido teórico por los temas, el estudio se dirige a la práctica, analizando diversos tipos de casos, luego aborda el ámbito de la procuración de justicia, la creación de las leyes, la burocracia, la enseñanza, la ciencia y el aprendizaje del Derecho, siempre desde la perspectiva de la argumentación jurídica. Finaliza con una propuesta acerca del futuro del Derecho.