Todos los días, minuto a minuto, segundo a segundo, decidimos. Decidir implica, primero, una selección y luego una elección entre, por lo menos, dos opciones posibles: ¿Café o té? Muchas de nuestras decisiones cotidianas no tienen mayor trascendencia y, por tanto, las tomamos, pareciera, de manera irreflexiva. No todas nuestras decisiones son así, pues no es io mismo decidir qué ropa visto hoy a decidir formar, o no, una familia, comprar, o no, una casa, iniciar, o no, un negocio. Estas decisiones son, por definición, difíciles pues impactan en bienes o personas que consideramos valiosos. Nuestros jueces, todos los días, minuto a minuto, segundo a segundo, toman decisiones sobre los bienes más valiosos de las personas: su patrimonio, su libertad, su familia, etc. Este libro pretende arrojar luz sobre cómo deciden los jueces. Tema que en su propia formulación desvela su complejidad.

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