La Isla De La Mujer Dormida - Arturo Pérez Reverte
Buscaba los labios del hombre con los suyos, húmedos de sal. –¿Tienes frío? –preguntó él. –No, no... Tengo miedo. –¿A qué? –A cuando te hayas ido y esto se borre de mi memoria. Presionó contra él su cuerpo goteante; y Jordán, mojada la ropa, la acogió entre los brazos, estrechándola...
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