Hablar de Política Criminal y pensar en términos de una buena Política Criminal debe ser un componente que acompañe a todo abogado que se precie de ser un penalista. Pareciera ser que una afirmación de ese calibre resulta carente de sentido si consideramos que un penalista formado nunca puede dejar de lado la visión y el análisis de la Política Criminal, al menos, la de su tiempo y es que, por desgracia cada vez es más frecuente encontrar que tan solo en el selecto círculo del penalismo, los estudiosos nunca pierden esa imprescindible brújula en sus análisis, mientras que el grupo que conforma la masa y en el que que se insertan principalmente los penalistas del foro salvo excepciones pareciera estar sectorizado en un campo de acción unos se dicen penalistas, otros procesalistas, en fin pero en realidad poco de mucho o casi nada hace que los dientes de la rueda no encajen. Los penalistas del foro viven preocupados por el caso del momento y por escalar o mantener un cierto status bien o mal logrado. No existe en ellos la más mínima preocupación de la razón de ser por la que se adopta una reforma legislativa; la refieren y en el mejor de los casos la critican en los clubes de abogados o en charlas de café en que discernir sobre una botella de vino, sea cual fuere, genera mayor atención que el debate legislativo de una reforma penal en el sentido amplio del término que amenaza con atacar o disminuir seriamente las libertades. No es que este desinterés por la Política Criminal sea exclusivo de un número significativo del penalista practicante, sino que, por ser uno que especialmente debiera estar interesado en ella, me atrevo a destacar su enorme desapego sobre todo en estos tiempos en que el discurso a la Seguridad Pública avanza en forma preocupante frente al discurso de los Derechos Humanos y de manera significativa la defensa de estos derechos tiene especial presencia frente a los tribunales.
INDICE:
CAPÍTULO I
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA POLÍTICA CRIMINAL
I. LA POLÍTICA CRIMINAL EN LA ÉPOCA DE LA ILUSTRACIÓN
II. LA POLÍTICA CRIMINAL EN EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO
III. LA POLÍTICA CRIMINAL EN EL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO
IV. LA POLÍTICA CRIMINAL EN EL ESTADO MEXICANO
CAPÍTULO II
ESCUELAS POLÍTICO-CRIMINALES
I. LA ESCUELA CLÁSICA
II. LA SCUOLA POSITIVA Y SUS PRETENSIONES CIENTÍFICAS
III. EL CORRECCIONALISMO Y LA TERZA SCUOLA
IV. LA ESCUELA DE MARBURGO
CAPÍTULO III
MARCO SUSTANTIVO DE ACTUACIÓN EN LA POLÍTICA CRIMINAL
I. SOBRE EL CONCEPTO DE PERSONA
II. DIGNIDAD DE LA PERSONA
III. HUMANIDAD EN LA INTERVENCIÓN DEL DERECHO PENAL
IV. SUBSIDIARIEDAD DEL DERECHO PENAL
V. RACIONALIDAD POLÍTICA CRIMINAL
CAPÍTULO IV
CONSIDERACIONES SOCIOLÓGICAS SOBRE LOS MODELOS POLÍTICO CRIMINALES EN EL SIGLO XXI
I. EVOLUCIÓN POLÍTICO-CRIMINAL EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS
II. POPULISMO PUNITIVO
III. RESURGIMIENTO DE LAS VÍCTIMAS EN EL SISTEMA PENAL
IV. INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA POLÍTICA LEGISLATIVA
V. LA ADMINISTRATIVIZACIÓN DEL DERECHO PENAL
CAPÍTULO V
MODELOS LEGISLATIVOS INSPIRADOS EN LA POLÍTICA-CRIMINAL DEL SIGLO XXI
I. IMPLANTACIÓN DE LOS ACTUALES MODELOS LEGISLATIVOS
II. TEORÍA DE LA TOLERANCIA CERO
III. LEY THREE STRIKES AND YOU'RE OUT
IV. LEYMEGAN
V. EJEMPLOS DE IMPLANTACIÓN DE LOS ACTUALES MODELOS POLÍTICO-CRIMINALES EN AMÉRICA LATINA
CAPÍTULO VI MODELOS CRIMINOLÓGICOS DE SEGURIDAD PÚBLICA
I. LA PREVENCIÓN DEL DELITO
II. DISUASIÓN DEL DELITO
III. MODELOS PREVENCIONISITAS
CAPÍTULO VII
MODELOS CRIMINOLÓGICOS DE SEGURIDAD PÚBLICA (II)
I. SOBRE LA FILOSOFÍA PREVENCIONISTA
II. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
CAPÍTULO VIII
MODELOS DE SEGURIDAD CIUDADANA (I)
I. LA CRECIENTE INCAPACIDAD DEL ESTADO PARA EL CONTROL EFECTIVOS DE RIESGOS
II. MEDIOS FÁCTICOS DE PROTECCIÓN
III. VÍCTIMAS COMO LOBBYS LEGISLATIVOS
IV. VIGILANCIA (VECINAL) CONTINUA
V. INCREMENTO DE EMPRESAS DE SEGURIDAD PRIVADA
CAPÍTULO IX
MODELOS DE SEGURIDAD CIUDADANA (II)
I. SURGIMIENTO DE GRUPOS DE AUTODEFENSA
II. GRUPOS PARAMILITARES
III. GRUPOS ARMADOS
BIBLIOGRAFÍA
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