La colección GRANDES PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA DE PUEBLA ofrece al lector las biografías de aquellos hombres y mujeres que dejarón huella de su actuar en la historia del Estado y de la nación, sin importar su filiación política ni su ocupación. No hay héroes ni villanos, ni patriotas ni traidores, simplemente seres humanos que hicieron historia: políticos y gobernantes, militares y eclesiásticos, pensadores, poetas y pintores, científicos, indígenas y españoles, mestizos y criollos, realistas e insurgentes, conservadores y liberales, revolucionarios y reaccionarios puesto que, a fin de cuentas, todos contribuyeron a la obra común de edificar este estado, este país.
JOSÉ MARÍA LAFRAGUA (1813-1875) fue un político, poeta y enamorado tan pasional como intelectual. Militante del liberalismo moderado, combatió por el establecimiento del sistema de la federación de los estados. Fueron contradictorios los caminos que lo hicieron triunfar en la vida: desde la escribanía de un palacio episcopal hasta alcanzar un liderazgo en la palestra de las logias; o bien elucubrando asonadas, golpes de Estado, intrigas y otros artilugios. De rara inteligencia y laboriosidad, fue diputado, ministro plenipotenciario en Europa y varias veces secretario de Estado. También incursionaría con éxito en la literatura y la poesía. Como un intelectual romántico, fue protagonista del más sonado amorío decimonónico de México, adorando a una novia con la que nunca se casó, y ya muerta, mandaría elevarle un imponente sepulcro donde la llamó su "feliz esposa". Olvidado entre los famosos políticos de su tiempo, prefirió constituirse-hasta en su testamento-, en mecenas de sus dos pasiones: las mujeres y los libros.