La lógica es el instrumento del razonamiento puesto al servicio de la ciencia, por lo que el estudio de la lógica es una necesidad inmersa en el saber dialogal y prudencial que el derecho supone. Dado que la lógica es una ciencia indispensable para una correcta argumentación, actividad esencial del jurista, se ofrecen al lector algunas consideraciones elementales sobre las cuestiones clásicas que en materia de lógica un abogado debe saber. Conformado por cuatro capítulos, este libro tiene la intención de que el lector profundice en sus conocimientos de lógica, rama de la filosofía imprescindible en el quehacer jurídico; también busca ayudar a depurar las habilidades lógicas que se emplean no solo en las tareas jurisdiccionales, sino en cualquier campo del derecho. En virtud de que el lenguaje es el instrumento primordial de la argumentación, el primer capítulo de esta obra propone un desarrollo sobre las diversas posturas que acerca del lenguaje se han vertido. El segundo capítulo entra de lleno en el tema del concepto como la base sobre la que se estructura todo ejercicio racional. Para el jurista en particular es de especial relevancia conocer la manera en cómo se construyen los conceptos de esta ciencia y cómo a partir de ellos se formulan abstracciones universales. El tercer capítulo aborda el tema del juicio. La operación mental que corresponde al juicio es juzgar, la expresión que le atañe es la proposición, operación del entendimiento mediante la que el sujeto afirma o niega. El capítulo cuarto expone los diversos modos del raciocinio, operación mental que corresponde al razonamiento y cuya expresión es la argumentación o silogismo.